Un paso importante para alcanzar mejorar las falencias en el matrimonio es la oración.

Lo tremendo es que a veces tardamos mucho tiempo pidiendo de la manera equivocada, pedimos cambio en la vida de la otra persona sin darnos cuenta que somos nosotros quienes tenemos que cambiar primero. Cuando dejamos que el Espíritu nos enseñe a pedir y no lo hagamos de la forma egoísta que conlleva a que todo se de cómo yo quiero y no como quiere Dios, entonces empezaremos a derrumbar las barreras que están impidiendo una vida feliz y plena.

La oración no consiste en largas horas ni en palabras escogidas con detenimiento, oración implica en hablar con Dios de una manera honesta, pidiéndole de antemano al Espíritu que nos dirija para realizarla realmente de la manera correcta, Luc. 11: 1. Recordemos que El es nuestro ayudador. Y en esta comunicación recibiremos también corrección y respuestas a nuestras inquietudes, cuando no solo hablamos sino que también estamos prestos a escuchar la voz de Dios en nuestro espíritu.

Luego de haber entendido a través de la oración lo que realmente Dios quiere, obrar conforme a ello y pedir a nuestra pareja tener un momento de oración juntos, no obligando a la otra persona porque esto puede ser contraproducente, pero si espontáneamente hay una respuesta afirmativa a nuestra petición, hacerlo de una manera sencilla, espontánea y sincera. Esto permitirá que nuestra pareja y nosotros mismos descubramos que le interesamos y que los valoramos, permitiendo de esta manera un acercamiento mayor entre los dos.

La oración en pareja es entre muchos otras maneras que en posteriores artículos estaremos publicando, que podemos poner en práctica para conseguir en nuestro matrimonio reine la unidad, la paz y el amor que anhelamos.

Dios le conceda sus anhelos es nuestra oración.