Vivimos un tiempo crítico en el cual parece que lo normal son matrimonios que no duran largo tiempo, escrudiñando las razones por las cuales esta situación se ha incrementado quiero extender 3 conceptos que pueden ayudarle a manejar algunos episodios matrimoniales.

l. SUPOSICIONES DIFERENTES.

Toda comunicación que no se hace o que no se realiza con claridad da como resultado suposiciones diferentes.
En muchas ocasiones podríamos haber evitado un conflicto con una conversación de minutos, pero realizada con claridad.

Los matrimonios destruidos o a punto de fracasar, están colmados de suposiciones diferentes de parte y parte.

El supone que ha cumplido con sus responsabilidades matrimoniales trabajando responsablemente y sosteniendo su hogar.
Ella supone que él también debería satisfacer las necesidades de su alma, como tener detalles románticos, ayudarla con la educación de los niños.
El supone que un acto sexual debe ser cuando el siente deseos de hacerlo, donde y cuando el quiera.
Ella supone que debe suceder después de un momento romántico que los lleve a esta situación, mas que suplir una necesidad fisiológica, que sea por amor.
La lista de estas suposiciones son interminables y el resultado en muchas ocasiones de una vida infeliz y de el tan consabido divorcio.

En la mayoría de las ocasiones ha faltado una comunicación real y centrada, pero también es producto de la falta de búsqueda de una orientación de alguien que realmente esté capacitada espiritualmente para asesorar matrimonialmente.

El dejar pasar por alto muchas cosas, suponiendo siempre sin confirmar si realmente se está en lo cierto, la ausencia de una búsqueda de arreglo y armonía a tiempo termina de esta manera; lo que inició en una simple suposición, que quizás no se le dio importancia y se dejó pasar por alto, sumándosele cada vez una nueva, hasta llegar a una situación ya insostenible por los dos.

Es necesario entonces no dejar que las pequeñas zorras dañen las grandes viñas. Aunque parezcan insignificantes las desavenencias, es mejor establecer un acuerdo, a través de una buena comunicación, que no quede en una suposición, donde se piensa que todo ya quedó claro y asumimos lo que puede pensar la otra persona. Sino tener la certeza de que se está de acuerdo en un punto

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