PROYECTANDOTE EN TUS HIJOS - HECHOS A IMAGEN Y SEMEJANZA
Para fructificar es necesario que nosotros mengüemos para que Dios crezca en nosotros, estas palabras las encontramos en Juan 3:30 lo que quiere decir que es necesario negarnos a nosotros mismos para que Dios se forme en nosotros, ya que de esa forma nuestros hijos nos verán y ahí empiezará una historia de fructificación y multiplicación.
Fructificar es dar fruto y el fruto de un hijo de Dios es el fruto del Espíritu Santo; en Gálatas 5:22-23 encontramos que el fruto es: “Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza contra tales cosas no hay ley”.
Dios nos hizo a su imagen y semejanza, en Génesis 1:26 Dios dice “hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y señoree en los peces del mar, en las aves delos cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastre sobre la tierra”. Por esto podemos decir que así como tú has sido hecho a imagen y semejanza de Dios, los hijos son hechos a imagen y semejanza tuya, por tanto el padre es definitivo en su hogar.
PROYECTANDOTE EN TUS HIJOS - HECHOS A IMAGEN Y SEMEJANZA
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AMOR: Si el padre ha dado lo mejor de sí mismo el hijo también estará dispuesto a entregar lo mejor.
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GOZO: Cuando los hijos son protegidos, cuidados, acompañados, ayudados , todo esto permite que ellos se desarrollen. Esto les produce gozo a todos.
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PAZ: Hay que enseñar y corregir, pero hay que tener límites en las correcciones, no debemos herir, no debemos dañar. Esto añade paz en el hogar.
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PACIENCIA: Si el padre muestra paciencia el hijo aprenderá paciencia, aprenderá a saber esperar en Dios, aprenderá que cada cosa ocurre en el tiempo de Dios, aprenderá que debemos descansar en el Señor.
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BENIGNIDAD: Se demuestra cuando mostramos una conducta amable, gentil, sencilla, dócil, sin agresividad, siendo tierno, compasivo y justo y esto se aprende viéndolo vivir.
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BONDAD: Cuando se actúa sin hipocresía, sin vanagloria, sin interés, con rectitud de corazón.
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FE: Glorificando cada día y en cada momento al Señor. No debemos tener las caras tristes o quejarnos de lo que acontece a nuestro alrededor, porque esto es un mal ejemplo para nuestros hijos, debemos enseñarles a orar por lo que no se puede y enseñarles así que con Dios todo es posible.
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MANSEDUMBE: Enseñarle a los hijos que debemos someternos a la voluntad divina, mientras dejamos morir el YO y entender que las cosas no son como uno quiere. Si el padre es manso a la voluntad de Dios, el hijo mostrará mansedumbre aún ante la voluntad de sus padres.
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TEMPLANZA: Los padres tienen que mostrar dominio propio porque si los hijos no ven que sus padres no controlan sus pasiones, ellos también darán rienda suelta a las suyas.