"POR NADA ESTÉIS AFANOSAS, SINO SEAN CONOCIDAS VUESTRAS PETICIONES DELANTE DE DIOS EN TODA ORACION Y RUEGO, CON ACCIÓN DE GRACIAS. Y LA PAZ DE DIOS, QUE SOBREPASA TODO ENTENDIMIENTO, GUARDARÁ VUESTROS CORAZONES Y VUESTROS PENSAMIENTOS EN CRISTO JESUS. Fil. 4: 6

Existen áreas de legítima ansiedad incluso para los creyente más fuertes. Pero las presiones causadas por verdaderas preocupaciones no deben dominarnos. Podemos escapar si usamos la ansiedad de manera creativa.

Esto significa que debemos reconocer las sensaciones de presión y preocupación como un llamado a la oración. Deberíamos volvernos inmediatamente a Dios para poner delante de El nuestras necesidades y la de otros. Luego volvernos a vivir nuestras vidas circundados por su paz. La ansiedad, en lugar de alejarnos de Dios, nos atrae hacia El y cumple de esta manera su propósito.

El descanso y la paz de Cristo son verdaderos y El anhela que los poseamos a plenitud. A nosotros nos corresponde valernos de su fuerza y de su paz. No es fácil despojarnos de la ansiedad, pero es necesario que lo hagamos para poder correr libremente.

Es normal preocuparse pero son mal manejadas cuando:
- Llegan a ser dominantes en nuestra vida y conducen al temor.
- Destruyen nuestra perspectiva de la vida y causan que nos olvidemos de Dios.
- Caemos en una actitud de constante tormento y malestar por causa de algo que no podemos controlar.

Cuando estemos ansiosas, preocupadas, busquemos el verdadero descanso en Dios, para que la paz que sobrepasa todo entendimiento llene nuestra alma (mente) y nos guarde en Cristo Jesús

O R A C I O N (Hagala de forma audible)

Hoy corro a ti Jesús entregándote todas mis ansiedades, aflicciones y preocupaciones, entra en mi corazón y provéeme del aliento divino que no solo me alivie sino que me deleite. Mi mundo interior y el mundo exterior están llenos de confusión y contienda, pero si tu entras se que tu paz me traerá el sosiego y el éxtasis que necesito. Ven Señor Jesús.