Basado en libro de Cynthia Heald
COMO SER UNA MUJER LIBRE EN CRISTO
Tema No .11
Despojémonos del Desaliento
Hay un enemigo especializado en desanimar aquellos que están dedicados a amar y a servir a nuestro Señor. Es necesario tener clara la determinación de acabar la carrera hacia el Señor cueste lo que cueste. No importando los obstáculos "porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse.." Prov. 24: 16. Hay que enfrentar el desaliento o desesperación, despojarnos y continuar la carrera.
Cada aflicción que vivimos tiene un propósito, puede que no lo entendamos pero bástenos con saber que su sabiduría y amor perfecto ha determinado aquello para bien nuestro.
La Biblia dice: "sujetaos, resistid al diablo y el huirá", Significa, sujetarnos a la voluntad de Dios, mantenernos firmes en nuestra fe y las asechanzas (todo lo malo que nos aqueje o tiente) de el se desvanecerán.
Perseverar no significa ser perfecto sino continuar avanzando, nunca resignación, aguantar y permanecer en la misma situación día tras día, año tras año. No es aferrarse con desesperación sino progresar de fuerza en fuerza y no significa conseguir todo de una vez, sino paso a paso, pero firmes. La perseverancia triunfa y tiene vida y la tendremos si hay anhelo de nuestro corazón de hacer su voluntad y confiarle nuestra vida.
Cuando tengamos desaliento, oremos, digámosle a Dios lo que sentimos y pidámosle ayuda. Las razones que producen desaliento varían: pecado, cansancio, ante las circunstancias difíciles no confiar en Dios. El fijar nuestros ojos en El nos motiva a seguir y vencer, o sea, leer la Palabra, orar, congregarnos.....que podamos decir como Pablo: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera he guardado la fe" 2 Tim. 4: 7.
Con esta lección terminamos esta serie de CÓMO SER UNA MUJER LIBRE EN CRISTO, guarden en su corazón que la única manera de seguir peleando y acabar la carrera guardando la fe, es despojándonos de todo peso (estorbo): del pecado que tan fácilmente nos envuelve, del pasado, de la necesidad de complacer a otros, de la amargura, de la excesiva actividad, de la ansiedad, del temor, correr con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús. Si nuestro corazón está decidido de esta manera,LLEGAREMOS A SER MUJERES LIBRES EN CRISTO.
Despojémonos del Desaliento
Hay un enemigo especializado en desanimar aquellos que están dedicados a amar y a servir a nuestro Señor. Es necesario tener clara la determinación de acabar la carrera hacia el Señor cueste lo que cueste. No importando los obstáculos "porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse.." Prov. 24: 16. Hay que enfrentar el desaliento o desesperación, despojarnos y continuar la carrera.
Cada aflicción que vivimos tiene un propósito, puede que no lo entendamos pero bástenos con saber que su sabiduría y amor perfecto ha determinado aquello para bien nuestro.
La Biblia dice: "sujetaos, resistid al diablo y el huirá", Significa, sujetarnos a la voluntad de Dios, mantenernos firmes en nuestra fe y las asechanzas (todo lo malo que nos aqueje o tiente) de el se desvanecerán.
Perseverar no significa ser perfecto sino continuar avanzando, nunca resignación, aguantar y permanecer en la misma situación día tras día, año tras año. No es aferrarse con desesperación sino progresar de fuerza en fuerza y no significa conseguir todo de una vez, sino paso a paso, pero firmes. La perseverancia triunfa y tiene vida y la tendremos si hay anhelo de nuestro corazón de hacer su voluntad y confiarle nuestra vida.
Cuando tengamos desaliento, oremos, digámosle a Dios lo que sentimos y pidámosle ayuda. Las razones que producen desaliento varían: pecado, cansancio, ante las circunstancias difíciles no confiar en Dios. El fijar nuestros ojos en El nos motiva a seguir y vencer, o sea, leer la Palabra, orar, congregarnos.....que podamos decir como Pablo: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera he guardado la fe" 2 Tim. 4: 7.
Con esta lección terminamos esta serie de CÓMO SER UNA MUJER LIBRE EN CRISTO, guarden en su corazón que la única manera de seguir peleando y acabar la carrera guardando la fe, es despojándonos de todo peso (estorbo): del pecado que tan fácilmente nos envuelve, del pasado, de la necesidad de complacer a otros, de la amargura, de la excesiva actividad, de la ansiedad, del temor, correr con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús. Si nuestro corazón está decidido de esta manera,LLEGAREMOS A SER MUJERES LIBRES EN CRISTO.