ESTRATEGIAS PARA ALCANZAR VICTORIA
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Por: Estefanía Echeverri De la Hoz
Una de las definiciones de la palabra estrategia es : “un plan que especifica una serie de pasos o de conceptos nucleares que tienen como fin la consecución de un determinado objetivo”
Muchos hemos tenido la meta de lograr cosas en nuestras vidas y cuando consigues la manera y te decides a ejecutarlo viene el enemigo a molestarte y
se te presenta con típicas tentaciones que como jóvenes o como carne pueden ponerte en una situación difícil como: tentaciones sexuales , carnales ,rabias, celos ,pleito, iras, contiendas, incredulidad, dudas, falta de fe, en fin, son muchas.
Cuando todo esto sucede una de las mejores estrategias a tu alcance, que Dios te brindó en bandeja de plata y no te cuesta nada material, es doblegar tu cuerpo y espíritu por un momento: ora, ayuna, lee la palabra, ¡no hay nada que te ayude más a lograr la victoria si no es la dirección del Espíritu Santo!
Para ganar una batalla, el cumplir con un orden las estrategias es una de las cosas más importantes. Veamos un ejemplo de esto en 1 Samuel 13: 1-14
Saúl ya era adulto cuando empezó a reinar. En el segundo año de su reinado eligió a tres mil hombres de Israel para formar su propio ejército. De ellos, dos mil estaban con él en Micmás y en las colinas de Betel, y los otros mil estaban con su hijo Jonatán en Guibeá de Benjamín. Al resto de los israelitas los mandó de vuelta a su casa. Jonatán atacó y destruyó un cuartel filisteo que estaba en Guibeá. Como los filisteos se enteraron de este ataque, Saúl mandó tocar la trompeta por todo el país en señal de alarma, y decir: «¡Escuchen, israelitas! Saúl ha destruido un cuartel de los filisteos. Prepárense, porque ahora ellos van a odiarnos más, y nos atacarán». Y así sucedió. Los filisteos se reunieron para atacar a los israelitas. Llegaron treinta mil carros de guerra, seis mil soldados de caballería, y un ejército que ni siquiera se podía contar. Todos ellos acamparon en Micmás, al este de Bet-avén. Muchos israelitas pensaron que no podrían vencer al ejército filisteo, así que fueron a esconderse en cuevas y agujeros, entre las piedras y dentro de pozos secos, y no faltaron algunos que cruzaron el río Jordán y se fueron a la tierra de Gad y de Galaad. Saúl se quedó en Guilgal, pero todos en su ejército estaban temblando de miedo. Allí en Guilgal Saúl esperó a Samuel siete días, para que presentara las ofrendas y los sacrificios, pues antes de eso no podían empezar la batalla. Pero al ver Saúl que Samuel no llegaba y que los de su ejército comenzaban a huir, ordenó: «Tráiganme los animales y las ofrendas de paz que vamos a presentarle a Dios».
Y Saúl mismo presentó las ofrendas.
Todavía no terminaba de ofrecerlas cuando Samuel llegó. Al verlo, Saúl fue a saludarlo; pero Samuel le dijo:
—¿Qué es lo que has hecho?
Y Saúl le respondió:
—Es que mis soldados ya me estaban abandonando, y tú no llegabas, como prometiste hacerlo. Por eso tuve que presentar las ofrendas para pedir la ayuda de Dios. Además, los filisteos ya estaban en Micmás, listos para venir a Guilgal y atacarme.
Pero Samuel le dijo:
—¡Estás loco! Si hubieras obedecido la orden de tu Dios, tu reino habría durado para siempre. Pero, como no lo hiciste, tu reino no durará mucho tiempo. Dios ya ha decidido quién será el próximo rey; ese rey sí lo obedecerá.
Saúl fue escogido por Dios pero no tuvo paciencia, ni la suficiente fe , fue incrédulo y todas sus estrategias para gobernar de la mejor forma se fueron a pique. Sin embargo, hubo uno que sí alcanzó la victoria: David.
¿Cómo?
- David escogió la mejor de las estrategias
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado (1 Samuel 17:45)
- Él fue en el nombre de Dios
Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. (1 Samuel 17:46)
- Sin incredulidad - Sin duda
Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos. (1 Samuel 17:47)
- El sabia para quien lo hacía ( Dios)
Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. (1 Samuel 17:48-49)
- Tuvo fe y caminó bajo la guia del Espiritu Santo
Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.
cumpliendo la voluntad de Dios. (1 Samuel 17:50 - 51)
La estrategia más grande de David fue cumplir la voluntad de Dios. Para estipular estrategias y lograr objetivos en tu vida no tienes que tener una inteligencia enorme , solo tienes que disponerte y mantenerte firme, eso hizo David. No Matar a Saúl y cortar su manto demostró que dentro de sus estrategias no estaba el fallar a Dios.
Bendito sea Jehová, mi roca,
Quien adiestra mis manos para la batalla,
Y mis dedos para la guerra;
Misericordia mía y mi castillo,
Fortaleza mía y mi libertador,
Escudo mío, en quien he confiado;
El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.
salmo de David 144: 1-2
Dios fue la fuente de Poder de David
Hay veces que si tenemos que pelear las batallas que se nos presenten, y no debemos tener miedo o preocuparnos, ya que la Palabra de Dios dice que no hay prueba tan grande que no podamos soportar además de recordarnos que Dios es quien pelea nuestras batallas. No debemos ahogarnos en la desconfianza o querer luchar en nuestras propias fuerzas la suficiente confianza no ahogamos intentando nosotros por nuestros medios solucionarlo ya que Dios es quien va a superar todo por nosotros.
“No temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos. Porque el Señor vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros” (Deuteronomio 20:3b,4).
Dios es la fuente de nuestras victorias y logros, es fuente de sabiduría de estrategias y su palabra es la fuente de nuestro entendimiento para saber a qué nos enfrentamos
La revelación es la clave de la autoridad
La revelación se obtiene por la oración y la lectura de la palabra cuando conectas a tu Espíritu Santo en plena comunión con Dios. Si hoy no sientes que tienes una estrategia clara para vencer esas áreas que te impiden acercarte al Padre, te invito a que entres en intimidad con Señor y allí rendido a sus pies puedas conocer el camino que te llevará a la victoria sobre toda tu vida.
Por: Estefanía Echeverri De la Hoz
Una de las definiciones de la palabra estrategia es : “un plan que especifica una serie de pasos o de conceptos nucleares que tienen como fin la consecución de un determinado objetivo”
Muchos hemos tenido la meta de lograr cosas en nuestras vidas y cuando consigues la manera y te decides a ejecutarlo viene el enemigo a molestarte y
se te presenta con típicas tentaciones que como jóvenes o como carne pueden ponerte en una situación difícil como: tentaciones sexuales , carnales ,rabias, celos ,pleito, iras, contiendas, incredulidad, dudas, falta de fe, en fin, son muchas.
Cuando todo esto sucede una de las mejores estrategias a tu alcance, que Dios te brindó en bandeja de plata y no te cuesta nada material, es doblegar tu cuerpo y espíritu por un momento: ora, ayuna, lee la palabra, ¡no hay nada que te ayude más a lograr la victoria si no es la dirección del Espíritu Santo!
Para ganar una batalla, el cumplir con un orden las estrategias es una de las cosas más importantes. Veamos un ejemplo de esto en 1 Samuel 13: 1-14
Saúl ya era adulto cuando empezó a reinar. En el segundo año de su reinado eligió a tres mil hombres de Israel para formar su propio ejército. De ellos, dos mil estaban con él en Micmás y en las colinas de Betel, y los otros mil estaban con su hijo Jonatán en Guibeá de Benjamín. Al resto de los israelitas los mandó de vuelta a su casa. Jonatán atacó y destruyó un cuartel filisteo que estaba en Guibeá. Como los filisteos se enteraron de este ataque, Saúl mandó tocar la trompeta por todo el país en señal de alarma, y decir: «¡Escuchen, israelitas! Saúl ha destruido un cuartel de los filisteos. Prepárense, porque ahora ellos van a odiarnos más, y nos atacarán». Y así sucedió. Los filisteos se reunieron para atacar a los israelitas. Llegaron treinta mil carros de guerra, seis mil soldados de caballería, y un ejército que ni siquiera se podía contar. Todos ellos acamparon en Micmás, al este de Bet-avén. Muchos israelitas pensaron que no podrían vencer al ejército filisteo, así que fueron a esconderse en cuevas y agujeros, entre las piedras y dentro de pozos secos, y no faltaron algunos que cruzaron el río Jordán y se fueron a la tierra de Gad y de Galaad. Saúl se quedó en Guilgal, pero todos en su ejército estaban temblando de miedo. Allí en Guilgal Saúl esperó a Samuel siete días, para que presentara las ofrendas y los sacrificios, pues antes de eso no podían empezar la batalla. Pero al ver Saúl que Samuel no llegaba y que los de su ejército comenzaban a huir, ordenó: «Tráiganme los animales y las ofrendas de paz que vamos a presentarle a Dios».
Y Saúl mismo presentó las ofrendas.
Todavía no terminaba de ofrecerlas cuando Samuel llegó. Al verlo, Saúl fue a saludarlo; pero Samuel le dijo:
—¿Qué es lo que has hecho?
Y Saúl le respondió:
—Es que mis soldados ya me estaban abandonando, y tú no llegabas, como prometiste hacerlo. Por eso tuve que presentar las ofrendas para pedir la ayuda de Dios. Además, los filisteos ya estaban en Micmás, listos para venir a Guilgal y atacarme.
Pero Samuel le dijo:
—¡Estás loco! Si hubieras obedecido la orden de tu Dios, tu reino habría durado para siempre. Pero, como no lo hiciste, tu reino no durará mucho tiempo. Dios ya ha decidido quién será el próximo rey; ese rey sí lo obedecerá.
Saúl fue escogido por Dios pero no tuvo paciencia, ni la suficiente fe , fue incrédulo y todas sus estrategias para gobernar de la mejor forma se fueron a pique. Sin embargo, hubo uno que sí alcanzó la victoria: David.
¿Cómo?
- David escogió la mejor de las estrategias
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado (1 Samuel 17:45)
- Él fue en el nombre de Dios
Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. (1 Samuel 17:46)
- Sin incredulidad - Sin duda
Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos. (1 Samuel 17:47)
- El sabia para quien lo hacía ( Dios)
Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. (1 Samuel 17:48-49)
- Tuvo fe y caminó bajo la guia del Espiritu Santo
Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.
cumpliendo la voluntad de Dios. (1 Samuel 17:50 - 51)
La estrategia más grande de David fue cumplir la voluntad de Dios. Para estipular estrategias y lograr objetivos en tu vida no tienes que tener una inteligencia enorme , solo tienes que disponerte y mantenerte firme, eso hizo David. No Matar a Saúl y cortar su manto demostró que dentro de sus estrategias no estaba el fallar a Dios.
Bendito sea Jehová, mi roca,
Quien adiestra mis manos para la batalla,
Y mis dedos para la guerra;
Misericordia mía y mi castillo,
Fortaleza mía y mi libertador,
Escudo mío, en quien he confiado;
El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.
salmo de David 144: 1-2
Dios fue la fuente de Poder de David
Hay veces que si tenemos que pelear las batallas que se nos presenten, y no debemos tener miedo o preocuparnos, ya que la Palabra de Dios dice que no hay prueba tan grande que no podamos soportar además de recordarnos que Dios es quien pelea nuestras batallas. No debemos ahogarnos en la desconfianza o querer luchar en nuestras propias fuerzas la suficiente confianza no ahogamos intentando nosotros por nuestros medios solucionarlo ya que Dios es quien va a superar todo por nosotros.
“No temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos. Porque el Señor vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros” (Deuteronomio 20:3b,4).
Dios es la fuente de nuestras victorias y logros, es fuente de sabiduría de estrategias y su palabra es la fuente de nuestro entendimiento para saber a qué nos enfrentamos
La revelación es la clave de la autoridad
La revelación se obtiene por la oración y la lectura de la palabra cuando conectas a tu Espíritu Santo en plena comunión con Dios. Si hoy no sientes que tienes una estrategia clara para vencer esas áreas que te impiden acercarte al Padre, te invito a que entres en intimidad con Señor y allí rendido a sus pies puedas conocer el camino que te llevará a la victoria sobre toda tu vida.
